Cada vez me gustan más las cosas que duran mucho tiempo. Que sobreviven a las modas pasajeras, que mantienen su esencia y su razón de ser pase lo que pase a su alrededor.
En un mundo que se mueve a toda velocidad, donde las modas y tendencias caducan antes incluso de acabar de cuajar, te das cuenta que casi todo es ruido salvo lo que se mantiene firme en su sitio.
Acabas acostumbrándote a ver tantas startups nacer y crecer a toda velocidad para ser vendidas en apenas unos años sin acabar de demostrar un aporte de valor más trascendental que el vender algo que la sociedad ni ha acabado de entender si realmente necesitas.
Y desde ahí miro con cierto anhelo a esas empresas familiares que llevan varias generaciones luchando por mantener una visión y valores fuertes, que perduran a modas pasajeras. Y, claro está, que habrá de todo, pero el que siga habiendo gente apostando por el tan largo plazo me da cierto confort.
En la búsqueda de la recompensa inmediata hemos perdido ese súper poder que es la visión intergeneracional. No estar pensando únicamente el hacer las cosas para disfrutarlas o venderlas tu, si no para generar un legado, para llegar más allá.
Pasa con las empresas como pasa en la vida. No hace demasiado hablaba de “romper el ciclo” o cómo tomar decisiones que rompan con la dinámica anterior y favorezcan un nuevo contexto para tus hijos o quiénes vengan después. Y también hace unos días Bonilla hablaba de la meritocracia, y decía lo siguiente:
dentro de un mismo contexto socioeconómico, a los más listos suele irles mejor, hasta un punto en el que su patrimonio se solapa con el de clases sociales superiores. Otra cosa es que, en una sola generación, puedan igualar el patrimonio de los más capaces de esas clases
Y estoy muy de acuerdo en esto, si solo pensamos en los próximos 5 o 10 años, hay que jugársela mucho y tener un nivel brutal de suerte para cambiar drásticamente tu vida. Pero si tienes visión intergeneracional y te planteas que tu objetivo no solo es que te vaya mejor a ti en la vida, si no también dejar un mejor punto de partida para tu siguiente generación, las posibilidades son enormes.
Claro que quiero que me vaya bien, claro que quiero hacer dinero, tener una mejor vida y estar más tranquilo. Pero desde hace tiempo me muevo más por cuántos metros estoy consiguiendo avanzar hacia adelante para que mi hijo (o mis hijos si llega algún segundo) puedan comenzar más adelante y tener más posibilidades en la vida.
Esas posibilidades podrán incluir tirar a la basura todo el legado, pero al menos tendrán más opciones de las que tuve yo cuándo comencé. Y varios niveles de magnitud más de opciones que mis padres y mis abuelos, que son gracias a quiénes yo lo he tenido mucho más fácil en la vida de lo que podría haber sido.
El otro día hablando sobre el futuro de una de las empresas donde estoy como socio nos planteábamos: ¿cuál es nuestra visión a futuro? ¿hasta dónde queremos llegar?
Me resultó curioso que al plantear la opción de si queríamos vender en 5 años, en 10 o ser una empresa intergeneracional, esta última opción no estuviera en la cabeza de nadie más. La sensación es que todas las empresas o cierran o se acaban vendiendo. Lo peor de todo, es que la mayoría se crean para ser vendidas, sin ningún otro pensamiento.
Nos hemos acostumbrado a jugar el juego de otros sin entender a qué queremos jugar nosotros realmente.
Corti, 25 de abril de 2024
Píldoras de crecimiento
Para seguir jugando, lo que necesitamos es que cuando cerremos un proyecto, tengamos energía y recursos suficientes para montar otro proyecto o unirnos a otro proyecto de emprendimiento. Y eso, por desgracia, es muy poco habitual que ocurra.
(En “el business plan de vida del emprendedor”)
Hilos y otros pensamientos
Imposible no ser un país de funcionarios cuando continuamente se le escupe en la cara al que se la juega y lo intenta (en Twitter)
Sobre la importancia del feedback en una organización (en Twitter)
Hay muchas respuestas a preguntas clave que cambian totalmente nuestra forma de ver las cosas y nuestra toma de decisión.
El problema ya no es que no tengamos esas respuestas, si no que en muchos casos no conocemos esas preguntas clave […] (en LinkedIn)
Mis otras cosas
🎙️ En Mumbler hemos llegado a un acuerdo con Libros.com para generar audiolibros clonando con IA la voz de sus autores (con el permiso de los autores, claro está, pero ahorrándoles mucho trabajo de locución). Hemos lanzado el primer audiolibros, “Estupidez Artificial” de Juan Ignacio Rouyet.
🎙️ En el podcast de Product Hackers hablamos con Fede Sainz y Verónica Olivares, CEO y CMO de Sepiia, una marca de moda inteligente que lo está petando.
🚀 En Escalando Agencias entrevistamos a Galia Gómez y Carlos Martínez de Serquo, una empresa de software y tecnología que tiene más de 30 años.
🤖 En La Tertul-IA (suscríbete a nuestra news) lanzamos un especial donde me he tirado un buen rato hablando de las 5 fases de la Transformación Artificial y cómo la IA lo va a cambiar todo. Y además ha funcionado muy bien en YouTube.
🛒 El próximo martes a las 16 estaré junto a Alfonso Saura, cofundador de Clotsy, hablando acerca de cómo crear y escalar una marca nativa digital en 2024.
¡Montamos el megaevento de Growth!
El 25 de junio organizamos el Product Hackers Conference, el mayor evento de Growth de Europa. Traemos a Sean Ellis (creador del concepto de Growth Hacking), Yara Paoli (ex-VP de Growth de Skyscanner), Tomás Pueyo (CPO del unicornio europeo del eCommerce Ankorstore), Carmen Guerrero (CMO de Clikalia), etc.
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Estoy aprendiendo cosas de
🔥 Brutal la entrevista en K Fund a Iñaki Berenguer, un auténtico emprendedor fuera de serie.
Mis libros
En “PsychoGrowth I: Hackeando el cerebro de tus compradores” profundizo en cómo podemos usar los sesgos cognitivos y el funcionamiento del cerebro de nuestros usuarios para afectar a su toma de decisión.
En “Futuros Posibles” recopilo los mejores relatos de ciencia ficción que abordan cómo la ciencia y la tecnología van a moldear nuestra sociedad.
Gracias.
En cuanto a las empresas nuevas, que nacen en estos últimos tiempos, principalmente en el nicho de tecnología. Son ideas o proyectos que requieren de mucha inversión para hacerse realidad, y es aquí el problema. Muchos de sus fundadores son de clase media que no podrán costear un proyecto de esos; por lo tanto, les toca buscar financiación. El mero hecho de buscar financiación: ya estás vendiendo tu idea, es decir, que antes de que la empresa inicie operaciones por primera vez, ya está vendida.
Es la realidad de la vida. Independientemente de que los de la idea o fundadores no tenían en mente esta situación, les toca ceder a los intereses de los inversores. Por eso, casi siempre los que tienen el poder seguirán con el poder porque son los que financian cualquier idea, y luego este nuevo proyecto se convierte en una empresa más del grupo empresarial de los inversores. Si esta nueva empresa, se iba a convertir en una amenaza o competencia, ya no lo será, porque ya la compraron.