Romper el ciclo

Para crecer más lejos de lo que podrías pensar

Hablaba el otro día el gran Recuenco sobre el puto bullying, las desgracias que genera y también sobre la importancia de romper ese ciclo. El que ha sufrido bullying, en ocasiones, tiene la oportunidad de devolver el dolor recibido estando en una posición muy distinta tiempo después. Pero caer en eso es perpetuar el ciclo de dolor y, seguramente, seguir sembrando más desgracias a futuro.

La vida tiene muchos ciclos perpetuos. Historias que se repiten en un bucle sin fin. Carreras de ratas que nadie queremos pero a las que no dedicamos el tiempo y esfuerzo suficiente como para que terminen algún día.

Ciclos de dolor terroríficos como historias de malos tratos. Padres que pegan a sus hijos porque a ellos les pegaban y perpetúan ese ciclo hasta que alguien esté dispuesto a pararlo y acabar con esa locura.

También encontramos ciclos no de dolor, si no de oportunidades. Familias que llevan viviendo generaciones en una zona y que perpetúan el ciclo explorando únicamente las oportunidades que le da la región que les vio nacer. Autolimitándose a las decisiones que ya tomaron sus padres y abuelos.

Muchas veces, lo valiente, lo que realmente te permite crecer, es romper el ciclo.

Desde un punto de vista evolutivo, si pensamos más allá de nuestra persona y nos centramos en las oportunidades y crecimiento que podamos tener como familia, alguien tiene que asumir el riesgo de dar un paso adelante.

Las oportunidades que tenemos muchos de nosotros a día de hoy se deben a los riesgos que asumieron nuestros bisabuelos, abuelos o nuestros padres.

Irse de los pueblos a buscar oportunidades a la gran ciudad o cruzar el charco arriesgándose a lo desconocido. En muchos casos renunciar a ver a sus familias y a todo lo que realmente querían durante mucho tiempo.

Con este pensamiento en mente, y agradecido a los que, antes que yo, asumieron esos riesgos y me han permitido estar unos pasos más adelante, continuamente me planteo…

¿Qué ciclos he de romper yo para crecer tanto como persona como hacer crecer a mi familia?

Lo he visto de forma muy cercana. Mis padres decidieron irse de la aldea y el nivel de oportunidades a la que me ha expuesto esa decisión es abrumadora cuando la comparo con la de mis primos que siguen viviendo a tiro de media hora de coche de casa de mi tía.

Son gente maravillosa, porque el amor y la educación se dan en todos los sitios si se riega adecuadamente, como ha sido el caso. Pero los estímulos a los que se han enfrentado no les han motivado para estudiar en su momento o desarrollar una carrera profesional en algún ámbito. A día de hoy dependen tanto o más de la ayuda de sus padres que de sus propias capacidades.

Porque el contexto en el que crecemos, sobre todo los estímulos a los que nos exponemos y lo que vemos hacer desde muy pequeños, genera los cimientos de nuestro posterior crecimiento.

A día de hoy no creo que sea tan relevante vivir en una gran ciudad, donde se daban las grandes oportunidades hasta hace relativamente poco. Pero si exponerse a situaciones vitales relevantes, viajar, saber idiomas, conocer gente de todo el mundo…

Ahora bien, si que me preocupa el país o la región donde vivimos.

Es innegable que nacer en España es una ventaja competitiva con respecto a nacer en otros países con muchos menos recursos.

Pero también la ventaja competitiva que supone nacer en Estados Unidos, Alemania u otras regiones a día de hoy es muy superior a la de nacer en España.

Simplificándolo mucho, por el mero hecho de nacer en Estados Unidos en una familia media, tienes acceso directo a un mercado mucho más grande, y una sociedad que todavía tiene hambre de prosperar.

Dándole vueltas a todo esto me planteo… ¿cuáles serán las regiones que aportarán mayor ventaja competitiva en unos años? ¿Será China?

O quizás la región deje de ser relevante pero lo importante sea viajar lo suficiente como para establecer relaciones fuertes en esas regiones.

Sea como sea tocará romper ciclos. En algún momento emigrar como hicieron nuestros abuelos para sentar raíces en tierras más fertiles. O, al menos, asegurar una visión más completa de mundo y relaciones relevantes en otros países para aportar esos dos pasos adicionales al futuro de las siguientes generaciones.

Creo haber roto ya otros ciclos que, de pequeño, me preocupaban o miraba con extrañeza. Mi apuesta por seguir emprendiendo y el trabajo en remoto tiene mucho que ver con romper el ciclo de no haber conocido suficientemente a mi padre por exigencias del trabajo.

De aquella no había otra, pero idiota sería yo si no pudiera de mi parte para romper ese ciclo cuando el contexto es muy distinto. Y en gran parte gracias a ese esfuerzo que tuvieron que hacer mis padres en su día.

Pero me quedan otros mil ciclos por detectar y romper. Estoy seguro de ello.

Y estoy seguro que tu también has pensado alguna vez en romper algún ciclo. Algo que te limita, o que creas que debería cambiar. Te leo en los comentarios 😄

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• En “Futuros Posibles” recopilo los mejores relatos de ciencia ficción que abordan cómo la ciencia y la tecnología van a moldear nuestra sociedad.