"La ansiedad es algo con lo que he convivido desde niño, así que forma parte de mi química" [...] "Sé que tengo que ponerme en situaciones de mucho estrés para ser feliz. Quiero decir, dentro de lo razonable. Pero hay un cierto nivel de ansiedad que me ayuda a hacer un buen trabajo".
Esta es la razón por la que Pedro Pascal, el conocido actor de series como Narcos o Juego de Tronos, lleva posando de forma inadvertida durante décadas con la mano en la boca del estómago.
Posando al lado de Bella Ramsey, su compañera en "The Last of Us", Bella le preguntaba el por qué de pose tan característica suya con la mano en la boca del estómago. Pedro Pascal le respondía: "¿Sabes por qué lo hago? Es que mi ansiedad está acá".
Estas declaraciones resuenan mucho en mi porque me pasa algo similar. Disfruto lo que hago, disfruto llevándolo al límite y exigiéndome al máximo, en ese límite de mi capacidad es un ‘sweet-spot’ donde rindo mejor que en ningún otro espacio… Pero claro, es un espacio de estrés máximo, que te lleva a convivir con la ansiedad casi a diario.
No creo que sea sano, ni el mejor acercamiento posible. Pero tampoco creo que la solución sea dejar de ponerte en situaciones de estrés para vivir sin ansiedad, porque son esas situaciones las que te hacen crecer, las que te hacen rendir al máximo, las que te llevan donde quieres. O, al menos, así es en mi caso.
Quizás la clave está en conseguir dominar la ansiedad y no que te domine ella a tí. Es decir, sentirla, tolerarla y convivir con ella. Aprovechar lo bueno que aporta en sus dosis justas, como pueda ser el empuje adicional que te aporta a la hora de ejecutar.
Pero por otro lado, delimitarle el espacio, controlar que no se desmadre y evitar que crezca tanto como para que tome el control.
Controlando a Hulk
En cierta manera, la relación con la ansiedad es como la relación del Doctor Banner con Hulk. Cada vez que el nivel de ira de Bruce Banner supera un umbral, se convierte en Hulk y se descontrola totalmente.
Lo mismo pasa, o al menos a mi me pasa, con la ansiedad. A ciertos niveles es molesta, se nota, pero puedo convivir con ella. Pero pasado un umbral me transforma en otra persona, me impide ser productivo y me pide que escape lo más lejos posible.
En mi caso, trabajo día a día la ansiedad desde distintos ángulos:
Sesiones de entre 1 hora y 2 horas de bicicleta de montaña. Me ayuda tanto a “golpear” la ansiedad con el deporte, que es un buen arma, como a ejercitar mi capacidad de estar un buen rato sin mirar las notificaciones del móvil (donde tengo mucho por mejorar).
Sesiones de ejercicio de fuerza, sobre todo pesas rusas, inspirado por el gran Samuel Gil y mi buen amigo Bosco Soler. El ejercicio de fuerza es capaz de modular la ansiedad en un espacio de tiempo mucho más corto que el cardio, y además una vez superado el “shock inicial”, se le coge el gusto.
Hablar un buen rato conmigo mismo. No en voz alta, que tampoco quiero dar la nota, pero si teniendo un rato cada día para pensar cómo me siento, por qué me siento de esa forma y tomar acción cuando lo necesito para enderezar algunas situaciones.
Respiraciones profundas (“physiological side”). Esto lo aprendí escuchando a Huberman en el podcast de Tim Ferris y me ayuda a generar mejores sensaciones cuando tengo ansiedad. Se basa en hacer dos respiraciones seguidas sin soltar aire entre ellas y luego exhalar lentamente, lo que permite soltar todo el dióxido de carbono posible y permite reducir los niveles de estrés.
Ahora bien, la ansiedad me gana muchas partidas, como mi relación con la comida. Comer genera una falsa sensación de calmar la ansiedad, así que en picos de ansiedad todos mis intentos por comer mejor, se van al garete.
Y un par de veces al año tiendo a pasarme de rosca. Suele coincidir con rachas de mucho estrés seguido por ir al límite sumadas a una última racha de circunstancias fuera de control y no previstas que terminan de echarte a la cuneta. Cada vez tengo más cuidado de no llegar a determinados límites, que ya me voy conociendo, pero cuando juegas con fuego, tiendes a quemarte.
Vamos, que no soy quién para dar consejos sobre este tema 😂 que todavía me queda mucho por aprender y mejorar. Pero quería compartir la reflexión de Pedro Pascal y entender cuál es tu relación con la ansiedad y, si la sufres, ¿qué haces para que no te controle ella ti?
Mis otras cosas
🎙️ En el podcast de Mumbler hablamos de que no es importante ser un experto para ser un creador de contenido y la importancia del rol del divulgador.
🚀 En el podcast de Growth hablamos con Jimena Catalina, fundadora de Slides Carnival, un side project que inició por disfrute y que ha vendido recientemente a Canva. Jimena nos habla de otra forma de emprender.
🛒 El 17 de mayo lanzamos una mesa redonda donde 6 de las marcas que más crecen, nos cuentan sus claves del éxito para crecer tan rápido.
🌴 El 19 de mayo estaré por Tenerife hablando de Growth en eCommerce B2B en este eventazo organizado por mis amigos de Conecta Sofware.
Estoy aprendiendo cosas de
🎙️ El gran Pepe Martín hablando con Victor Juárez de Mi Tienda de Arte sobre cómo llevar una tienda de barrio a mover +30M€ en online.
Mis libros
En “PsychoGrowth I: Hackeando el cerebro de tus compradores” profundizo en cómo podemos usar los sesgos cognitivos y el funcionamiento del cerebro de nuestros usuarios para afectar a su toma de decisión.
En “Futuros Posibles” recopilo los mejores relatos de ciencia ficción que abordan cómo la ciencia y la tecnología van a moldear nuestra sociedad.
Si no vas a cortar las ramas del arbol, lo unico q haces es podar las hojas. Debes irte a lo profundo y entender el porque de tu ansiedad... solo entender y descubrir las causas mejora el resultado (como en aproduxt Hackers y el CRO). En la vida todo es lo mismo....
En mi caso la música es lo que consigue balancearme. Hubo una época en la que el yoga y la natación fueron vitales para mi, también. Al final es todo aquello que me separa de mi propio yo y me permite meterme en flow. Experiencias inmersivas.