Seguramente perderse no es la palabra. Viéndolo con perspectiva, hasta ese momento nunca me había encontrado. Pero sentía que sabía donde iba. Hasta que todo se lleno de niebla y un frío intenso.
Me perdí en el lugar que mejor conocía del mundo. Estaba en mi propia casa. Un domingo por la tarde.
Mon me había incitado a hacer algún plan pero no me quise unir así que me quedé tratando de sacar trabajo pendiente. Realmente era una excusa porque no quería ver a nadie. Realmente era una trampa porque estaba encerrado en mi mismo y no sabía cómo salir.
Revisé el correo, reorganicé prioridades ordené unas ideas pero no conseguía sentarme a hacer nada realmente productivo. Llevaba todo el día con la ansiedad agarrada a la boca del estómago, algo que ya era tan habitual como mi sobrepeso.
Muchas veces aplacaba la ansiedad poniéndome a hacer algo, quitarme de la cabeza algún problema resolviendo algo que pudiera solucionarlo. Pero esta vez no conseguía suavizar la ansiedad. Me dominaba.
Salí una y mil veces a la terraza, siempre seguido de mi preciosa perrita Nymeria. Me sentaba en una silla a ver mis plantas mientras rascaba las orejillas de mi pequeña. No conseguía un mínimo equilibrio.
Nymeria algo notaba porque subía sus patas delanteras en mis piernas como tratando de consolarme. La abracé…
Y no pude evitarlo. Con mi cabeza apoyada en el lomo de Nymeria, mientras la abrazaba, lloré.
No sabía por qué. No había un motivo claro, al menos no había un motivo distinto que cualquier otro día, cualquier otro momento. Seguramente lloré por la ansiedad de no conseguir que me abandonara la ansiedad. Por estar dentro de un ciclo que sentía sin salida y por sentirme absolutamente solo porque no me decidía a hablar con nadie de lo que me pasaba.
Y me perdí. En mi propia casa. Dentro de mi propia cabeza. Persiguiendo mis propios sueños.
Hacía frío, y estaba muy nublado. Tan nublado que recuerdo esos momentos, esos años, como hilos de bruma en mi cabeza que mezclan sentimientos con realidad. Si es que la realidad existe.
Durante años estuve perdido. Bueno, sigo estándolo, pero ya algo menos, y eso que han pasado 6 o 7 años de ese momento.
Los domingos por la tarde lloraba. Prácticamente todos. Cada vez más.
BrainSINS, el proyecto que estaba construyendo, el proyecto en el que había depositado muchas de mis esperanzas e ilusiones se iba a pique. A veces no teníamos para pagar nóminas, teníamos que tirar de línea de crédito personal para afrontar algunos pagos, para poder sobrevivir el mes, perder un cliente era un auténtico drama porque la caja no daba para tonterías…
Lo peor, aunque no lo sabía en ese momento, es que la ansiedad que me acompañaba no era solo un tema relacionado con BrainSINS. Seguramente había utilizado el emprendimiento como un refugio para no enfrentarme a muchas cosas que me ponía delante la vida. Y ahora que el proyecto se iba a pique con la fuerza de un torrente de agua por la montaña, arrastraba muchas piedras grandes y duras que eran “botellas de mierda” donde había depositado todo con lo que no me quería enfrentar en su momento.
Sobre todo esto, cómo he convivido y convido con la ansiedad, sobre el no haber sido capaz de pedir ayuda antes (y lo bien que hubiera venido), sobre la cara B no tan contada del emprendimiento (y de la vida), hablo en este podcast al que me ha invitado Toñi Garrido, la conductora del podcast de Ancla (y una persona maravillosa que me ha ayudado mucho a ser capaz de hablar de este tema en un entorno seguro).
Si has emprendido seguramente te resuenen cosas. Si estás emprendiendo, quizás te ayude a prepararte mejor. Y si el emprendimiento no es lo tuyo, quizás también te interese porque, en el fondo, hablamos de la vida.
Ancla es una organización sin ánimo de lucro que, además de dar visibilidad a estas historias, desarrolla y comparte herramientas y recursos para mejorar la salud mental de los emprendedores y ayudarnos a encontrar el equilibrio. Te recomiendo que los descubras en su web.
Si algo bueno tiene perderse…
Si algo bueno tiene perderse es que uno se encuentra.
En mi caso perderme de esta forma me ha llevado a ver que llevaba perdido toda mi vida. Ni comprendía ni respetaba algunos aspectos claves de mi personalidad. Ni había entendido ni era capaz de asumir lo caótico de este mundo. Y, sobre todo, dedicaba todos los esfuerzos a producir trabajo y no a mejorarme a mi mismo, que es la gran palanca que todos tenemos para mejorar en todas las facetas de nuestra vida.
Y ese es el germen de esta newsletter. Darme cuenta que el único camino era crecer. Salir de los pozos de mierda donde yo solito me había metido y donde, incluso oliendo a mierda, había aprendido a estar cómodo, incluso en casa.
Perderse me llevó a encontrarme. Y ver un cierto atisbo de luz al final del tunel. Lo suficiente como para irme acercando cada día un poquito hacia ahí.
Perderme me trajo hasta aquí, y espero seguirme encontrando un poquito más cada día.
Como poco, la conversación con Toñi, todas las reflexiones antes de grabar el podcast con ella (porque son temas complicados de procesar, digerir y comunicar y me llevó un tiempo ordenar ideas) y todo lo que me llevo del post-podcast (escucharlo, reflexionar, comentarios de mucha gente con situaciones similares…) me han llevado a tener algunas cosas más claras.
La próxima semana compartiré algunos aprendizajes clave de todo este proceso. 4/5 pilares que si hubiera tenido en su momento hubieran evitado (creo) llegar a esa situación. Cosas en las que estoy trabajando para ser mejor a todos los niveles.
Y si ahora que me estás leyendo, tu también te sientes perdid@, si necesitas una mano amiga para encontrarte, aquí me tienes.
P.D: Cuando cerramos BrainSINS hicimos un post-mortem centrándonos en todo lo que salió mal para acabar cerrando. Fue hace tiempo pero todavía está disponible. Si tienes curiosidad, lo puedes escuchar aquí.
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En “Futuros Posibles” recopilo los mejores relatos de ciencia ficción que abordan cómo la ciencia y la tecnología van a moldear nuestra sociedad.
En Instagram y Tiktok voy a ir compartiendo videos relacionados con Sobre Crecer. En Twitter lo comparto todo también.
Abrazo fuerte
Gracias.
PD: una que anda perdida.