Nunca trabajes para alguien en quien no quieras convertirte
Parafraseando a Richard Morla
Hace poco leí un mensaje de Richard Morla, CEO de Rudo, que decía: “Nunca trabajes para alguien en quien no quieras convertirte”. Esa frase resonó en mí como un eco largo y profundo, de esos que te hacen parar en seco y mirar alrededor. ¿Con quién comparto mi tiempo, mi esfuerzo, mi vida? ¿Qué me están aportando esas personas?
Poco después, Frankie Carrero, mi socio en varios proyectos, escribía una reflexión que también se quedó grabada en mi cabeza. Partía de una pregunta provocadora: ”¿Es rentable ser buenas personas?” Hacía referencia a un texto donde se profundizaba en que muchas de las personas que logran verdadero éxito no solo lo hacen desde el talento o la estrategia, sino porque son capaces de liderar desde valores sólidos, con un impacto que transforma a quienes tienen cerca.
Esto me llevó a una idea que últimamente no dejo de rumiando: el éxito —tanto en la vida como en los negocios— depende, más que de cualquier otra cosa, de con quién decides compartir el camino.
La importancia de ir bien acompañado
Elegir a las personas con las que caminas es como elegir los cimientos de una casa. Puedes construir algo espectacular, pero si el terreno es inestable, si no confías en lo que hay debajo, tarde o temprano todo se tambalea. Y si ese alguien con quien compartes el camino no está alineado contigo, con tus valores más profundos, la grieta no tarda en aparecer.
El camino es duro. A veces sientes que estás subiendo una montaña interminable con una mochila llena de piedras. Si las personas que van contigo no son las adecuadas, esa mochila se vuelve más pesada. No solo no te ayudan a cargarla, sino que, sin darte cuenta, van añadiendo piedras: desconfianza, tensión, falta de inspiración.
La vida es demasiado corta para ir acompañado de gente que te consume, que te drena por dentro con formas que no van contigo. Pero cuando encuentras a las personas adecuadas, cuando estás rodeado de quienes comparten tus valores y tu visión, el peso de la mochila se aligera. Y, lo más importante, en esos días en los que no puedes dar un paso más, no te abandonan; te empujan.
La conexión entre lo personal y lo profesional
El otro día me di cuenta de algo que parece obvio pero que no siempre valoramos lo suficiente: lo personal y lo profesional se fusionan, queramos o no. No son dos caminos separados; son el mismo río. Y las personas con las que compartes un negocio, un proyecto o incluso una conversación en un café, terminan influyendo en cómo vives y cómo sientes.
Por eso, elegir bien no es solo una cuestión estratégica; es una cuestión vital. En los negocios, como en la vida, no hay nada peor que compartir tus días con alguien que no te inspira, que no te reta a ser mejor, que no saca lo mejor de ti.
Cuando encuentras socios, compañeros o incluso amigos que están alineados contigo, sucede algo mágico. Todo se conecta. El trabajo deja de ser trabajo y se convierte en creación; el esfuerzo deja de ser agotador y se transforma en propósito.
¿Es rentable ser buenas personas?
Frankie planteaba una pregunta que me hizo reflexionar mucho: ¿es rentable ser buenas personas? Y yo creo que la respuesta es un rotundo sí. Porque las buenas personas no solo generan resultados; generan confianza. Y la confianza es la base de cualquier cosa que merezca la pena construir.
Las buenas personas no necesitan traicionar, manipular o aplastar a otros para avanzar. Saben que el éxito real no está en llegar más lejos que los demás, sino en construir algo tan sólido y tan valioso que incluso los que vienen detrás puedan disfrutarlo.
Por eso, si alguien te hace sentir pequeño, si las personas con las que trabajas te drenan en lugar de inspirarte, es momento de dar un paso atrás y replantearte todo. Porque cuando compartes camino con personas que no comparten tu visión, no estás avanzando; te estás desgastando.
El verdadero éxito está en la compañía
El éxito, al final, no está en el destino. Está en quién te acompaña mientras llegas.
Si estás en un lugar donde sientes que la gente que te rodea no te inspira, donde te hacen sentir menos o incluso cuestionarte a ti mismo, es hora de hacer un cambio. Nunca trabajes para alguien en quien no quieras convertirte. Nunca camines al lado de alguien que no te hace crecer.
Rodearte de buenas personas no es un capricho. Es un acto de supervivencia. Porque en esta vida, todos renunciamos a algo. Pero nunca deberíamos renunciar a compartir el camino con personas que nos hagan mejores.
La vida es demasiado corta como para no estar rodeado de quienes te inspiran y te empujan a dar lo mejor de ti. Así que rodéate de esas personas. Y si no las tienes cerca, busca. No pares hasta encontrarlas. Porque no hay mayor inversión que caminar con quienes te recuerdan que el esfuerzo, el sudor y las caídas tienen sentido 😊.
Marketing4Valencia
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Merece la pena: Comunidades de impacto
Mi buen amigo Rubén Mancera lanza campaña en Libros.com para su próximo libro “Comunidades de impacto” junto a Juan Parodi. Comunidades de Impacto es un libro para descubrir cómo crear conexiones duraderas que transforman vidas y organizaciones, combinando ciencia y práctica para convertirte en un verdadero agente de cambio.”
Estaré habando próximamente…
Si te interesa el eCommerce, acabo de lanzar un video reflexionando sobre el tema de que “si tienes un eCommerce, no necesitas un CRM”. También puedes leerlo en la news de Andrés Barreto.
En el Webinar de Ágora Digital sobre su nuevo informe sobre Ecommerce B2B
En el Webinar de AI Hackers “AI First: Transformando objetivos de negocio en realidad con Inteligencia Artificial”
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En “Escalando Agencias” me siento un par de veces al mes con Miguel de Bisiesto a entrevistar a fundadores y profesionales del mundo de las agencias.
Lo suscribo al 100%, y es un post que podría haber escrito yo perfectamente, aunque no tan bien como tú ;)
Una de las cosas que es clave en mi vida es lo que dices sobre que "lo personal y lo profesional se fusionan, queramos o no". Al menos, para mí es muy difícil compartimentar esas cosas, y me costó un tiempo entender que no era nada malo. Ahora lo abrazo y lo disfruto, como bien sabes tú ;)
Como dicen en mi pueblo, "quien se acuesta con niños se despierta meado". Es importante no ser el niño que mea a los demás y eso pasa por ser buena persona.