Hasta que no se demuestre lo contrario, soy capaz de todo
Hoy crecemos con José Fortes de La Forja
Esta semana crecemos con José Fortes, autor de La Forja, una newsletter que podríamos decir que es hermana de SobreCrecer porque abordamos el crecimiento personal y profesional de una forma similar.
José es un emprendedor en serie con una mente insaciable. En cierta manera me recuerda a mí, aunque quizás eso es mi deseo de aprender y parecerme a él.
Espero que disfrutes de esta lectura, como yo disfruto cada vez que José publica una de sus newsletters.
Lo que aún no has intentado no es imposible, solo desconocido.
Tengo un muy buen amigo que trabaja en una big tech.
Digamos que es Google.
¿Lo es?
No lo es, pero digamos que lo es.
El otro día hablaba con él y me contó una cosa que me sorprendió. Me contó que está gestionando ahora mismo un proyecto con alcancae mundial y un presupuesto de 90 millones de €.
Eso no fue lo que me sorprendió.
Lo que me sorprendió fue lo que me contó después. Lo del proyecto es la forma normal en la que se gana la vida y lo conozco desde hace mucho como para saberlo bien.
Me dijo que hace muchos años, entre 10 y 15, me escuchó decir una frase:
Hasta que se demuestre lo contrario, soy capaz de todo.
Yo no recuerdo haberla dicho.
Él tampoco recuerda respecto a qué cosa concreta la dije.
El caso es que tiene todo el sentido que la haya dicho. Refleja exactamente cómo veo la vida y es uno de los principios automáticos bajo los que vivo. Ni siquiera lo pienso, simplemente es así y ha sido así desde siempre. El otro día le decía exactamente eso a alguien de mi equipo con una línea de negocio nueva que estamos lanzando:
Hasta que el mercado no me diga en mi cara, de forma inequívoca, que no lo quiere y no le ve valor, puede funcionar, así que vamos a empujarlo como si fuera a funcionar. Porque puede funcionar.
Si asumes que no puedes sin evidencia, te estás mintiendo a ti mismo.
Bien.
Es el mismo concepto: 10 ó 15 años después.
¿Entonces, qué fue lo que me sorprendió de lo que me dijo mi amigo?
No fue su proyecto de 90 kilos, el alcance brutal que tiene, las cosas chulas que están haciendo, etc.
Es un proyecto chulo de los que podrías esperar de big boys de Google.
Digamos que es Google.
Me sorprendió que me dijera que mi frase, "hasta que no se demuestre lo contrario, soy capaz de todo", le había ayudado mucho en su vida.
Cuando le mostré mi sorpresa porque se acordara de la frase y el principio detrás de ella, y por cómo podría ser que le hubiera ayudado, me dijo:
Ha habido veces en las que me he sentido intimidado o preocupado por algún proyecto, por alguna responsabilidad, etc. En todos estos años he tenido que hacer, y sigo haciendo, cosas que a veces me suponen un reto.
Entonces, si me encuentro dudando y con más preocupación de lo normal, lo digo en alto: "hasta que no se demuestre lo contrario, puedo con todo".
No han sido pocas las veces en las que, antes de salir de casa, me paro en el umbral de la puerta abierta, me miro al espejo y: "hasta que no se demuestre lo contrario, soy capaz de todo".
Salgo con confianza en que eso es verdad y eso me ayuda a afrontar el reto.
El mundo está lleno de cracks que se autolimitaron antes de intentarlo.
Vaya.
Le dije que tenía sentido, que lo entendía y que me alegraba de que le hubiera sido útil.
Y yo, sin saberlo.
Pero ese es el aprendizaje: yo he aprendido cosas de él y veo que él de mí, solo con ver al otro actuar o cómo enfoca ciertas cosas. Esos detalles de los que te das cuenta que son geniales para incorporarlos cuando los ves de forma natural en otro.
Yo tampoco le he llamado para decírselo.
Simplemente te aporta, lo absorbes y sigues.
He visto a este amigo en situaciones profesionales. Su forma de actuar en entornos complejos me ha sorprendido, así que he tomado nota. Luego lo he aplicado cuando he creído que encajaba para mí. Si no se lo hubiera visto a él, no se me habría ocurrido.
¿Por qué funciona el principio? Porque es cierto de forma matemática.
Afronta la vida desde el "Sí puedo", por defecto, y hasta que no tengas evidencia empírica de que no puedes: puedes.
Es un hecho.
Es matemático.
Si no se ha demostrado que no puedes, es que puedes. Por definición lógica, es así.
¿No?
Piénsalo.
Esa forma de afrontar la vida cambia completamente tu forma de afrontar retos. Marca una diferencia importante acerca de si crees que puedes con ellos o no. Si crees que puedes, ¿sabes qué?, la probabilidad de que puedas se convierte en mucho mayor.
Lo que debe preocuparte no es intentarlo y fallar, sino no intentarlo por miedo a fallar.
Pero no tienes que creerlo.
Es que es cierto.
Por eso estoy haciendo hincapié en que veas que es un argumento lógico-matemático puro que no admite discusión.
Si no se ha demostrado, sin posibilidad de malinterpretación, que no puedes, es que puedes.
Pretendo que ese enunciado es cierto a nivel lógico y no puede no serlo.
"Puedes" significa potencialidad, no garantía: es posible que puedas hacerlo.
Eso es lo que significa el argumento: que es posible que puedas hacerlo. Que no se han cerrado las posibilidades de que puedas hacerlo; por tanto, puedes hacerlo.
Si te autolimitas sin pruebas, felicidades: eres el portero que te deja fuera de tu propia fiesta.
Así que no apliques este principio como "wishful thinking" o condicionamiento basado en el olor de las nubes.
Aplícalo porque sabes que es cierto.
Lo contrario sería no solo injusto para ti, sino falso.
Si no se ha demostrado que no puedes, ¿por qué ibas a asumir que no puedes?
Eso es falso e injusto para ti.
Lo cierto es lo otro.
No eres tu peor enemigo. Tu duda sin evidencia sí lo es.
Te animo a que, cuando sientas que un reto te supera, cuando dudes de ti, de si serás capaz de hacer algo en tu vida profesional o personal, recuerdes el argumento.
Es cierto.
Y si es cierto, es que puedes.
Luego te lo dices en alto.
Yo no sé de estas cosas. No soy psicólogo. Pero tengo un dato y una intuición:
Dato:
Si a mi amigo le funciona ese método: ¿lo que es bueno para un big boy de Google no es bueno para ti?
OK.
Intuición: Decírtelo en voz alta, especialmente frente al espejo, activa algo en tu cerebro. Esto crea un efecto que funciona mejor que solo pensarlo.
De esto no sé nada.
No tengo pruebas, pero tampoco dudas.
Busca información sobre ese efecto, si te interesa. Cuando veas que así es: felicidades.
Si no fuera así, me lo dices.
Dato e intuición.
Siempre tienes el dato.
La necesaria modulación
Todo lo anterior está basado en la experiencia y es tautológicamente cierto.
OK.
Sólo hay una cosa más: esto hay que modularlo con una autoevaluación realista de ti mismo. Pero no demasiada, porque, si no, encontrarás 100 maneras de autolimitarte.
Lo que quieres es podar las cosas realmente absurdas.
No me vale que me cuentes que has dicho que puedes jugar en la NBA con 42 años y sin haber andado a paso ligero en 25 años.
No.
No me vaciles.
Eres sensato y sabes autoevaluarte. Sabes lo que es realista dentro de tus capacidades y contexto, y lo que es absurdo.
Elimina lo absurdo. Solo lo absurdo.
Lo imposible lo dejas porque, hasta que no se demuestre lo contrario, puedes. Y te interesa poder hacer cosas que están en el centro de tu zona de competencia. Un poco más lejos. En el margen. Y fuera de ella. Te interesa poder hacer lo imposible.
Lo imposible es una opinión; lo absurdo, una certeza.
No te interesa plantear lo absurdo.
Confío en tu sentido común.
Modula el principio con tu autoevaluación, pero de una manera que no sea limitante, sino habilitante, a la vez que realista.
Hasta que no se demuestre lo contrario, puedes hacer eso también.
Si te ha gustado este principio, entonces te gustarán también estos otros que ya he compartido en La Forja:
Sigue mejorando.
Sigue aprendiendo.
José Fortes, 27 de marzo de 2025
Donde más leerme/escucharme
El podcast de SobreCrecer: nuestro canal de YouTube. También nos puedes escuchar en Mumbler, Spotify o Apple Podcast.
En “La Tertul-IA” hablamos de los últimos avances de la Inteligencia Artificial desde la perspectiva de los negocios, con nuestra newsletter y podcast semanal.
En “Escalando Agencias” me siento un par de veces al mes con Miguel de Bisiesto a entrevistar a fundadores y profesionales del mundo de las agencias.
En “PsychoGrowth I: Hackeando el cerebro de tus compradores” profundizo en cómo podemos usar los sesgos cognitivos y el funcionamiento del cerebro de nuestros usuarios para afectar a su toma de decisión.
En “Futuros Posibles” recopilo los mejores relatos de ciencia ficción que abordan cómo la ciencia y la tecnología van a moldear nuestra sociedad.
@Mon, tu madre tenía técnicamente razón 🙂
Hasta que no se demuestre lo contrario, eres capaz.
@Juanma Varo, tal cual: si crees que no puedes, no puedes.
Si sabes que puedes hasta que no se demuestre lo contrario, es posible que puedas.