La comunicación se ha comoditizado muy rápidamente, y no va a parar de hacerlo.
A día de hoy, con un micro de corbata comprado por 10€ en Amazon y móvil en mano, cualquiera ha podido dárselas de gurú de cualquier sector regurgitando consejos extraídos de un gurú americano pasados por Google Translate.
Lo que viene es todavía más dramático. IA en mano, cientos de millones de personas van a inundar de contenidos cada vertical, cada nicho y cada nicho del nicho.
Si esto va a resultar para bien, para mal, y las derivadas de segundo y tercer órden las dejo para otro día (aunque algo adelantaba en su momento en este video sobre la Transformación Artificial que estamos viviendo).
Pero lo que está claro es que va a hacer más evidente un problema que ya está encima de la mesa, aunque muchos todavía no le haga caso: ¿de quién has de fiarte?
Cuando casi nada es lo que parece
En apenas dos décadas hemos pasado de tener un acceso muy limitado a información generalista a tener una gran cantidad de información de cualquier tema. Muchas veces nos encontramos con mil versiones de la misma información frita y refrita por distintos creadores, medios y formatos.
Hemos ganado mucho, pero también hemos perdido las referencias. Hace décadas había pocos hablando de los temas, así que era relativamente fácil entender la credibilidad de cada uno.
A día de hoy es prácticamente imposible establecer la credibilidad de nadie sin hacer una investigación profunda. Las grandes audiencias se amasan con los titulares más candentes, y cualquiera con un mínimo de interés es capaz de crear y difundir un mensaje creíble y sostenido con datos. Otra cosa es que, siquiera entienda, el trasfondo de lo que está contando.
Los grandes conocedores de un tema no tienen por qué conocer las claves de la distribución de los contenidos y sus mensajes tienden a quedar sepultados muy por debajo de los que entienden los canales. Y los grandes dominadores de estos nuevos canales, muchas veces carecen de la experiencia vital necesaria para ser realmente confiables.
Y esto pasa a muchas escalas. El otro día veía un video de José Elías (que no enlazo porque no he podido re-encontrarlo) donde comentaba cómo en alguna ocasión ha hecho negocios con una persona que le había hecho entender que tenía muchos recursos (jet privado, invitación a comer en sitio carísimo, etc.) pero una vez hecho el negocio se habían dado cuenta de que esa persona no tenía realmente tanto dinero y todo había sido una estratagema para cerrar ese acuerdo.
Nuestro cerebro tiene muchos resquicios por donde colarse (lo cuento bien en mi libro) y cada vez hay más gente tratando de explotarlos.
El mundo al revés
Todo esto nos lleva a situaciones absurdas. Me he encontrado a empresarios de éxito que llevan décadas partiéndose la cara con mil cosas haciendo casos a chavales de Tiktok con un discurso muy pulido y con mensajes muy potentes pero que no han costituído una SL en su vida.
Algo totalmente lícito por ambas partes. Cada cuál está en su derecho de contar lo que le venga en gana, y también cada uno que siga a quién quiera.
Pero… ¿a quién deberías seguir? ¿de quién deberías fiarte?
Exponerte a unos contenidos u otros, hacer caso a unas personas u otras acaba teniendo un impacto brutal en tu vida como para hacerlo sin cabeza.
Dando acceso a tu recurso más valioso
No nos engañemos, ninguno somos unos genios. Nuestra visión del mundo no es única ni pensamos todo lo que pensamos porque seamos los más listos.
Nuestra forma de ver el mundo, nuestras ideas, nuestros valores y nuestra forma de comportarnos es un reflejo claro de lo que vemos a nuestro alrededor. Desde niños, aprendemos por imitación. Y cuando crecemos, sigue siendo igual.
Lo comentábamos cuando hablábamos de nuestra principal palanca de crecimiento: somos el promedio de las 5 personas que nos rodean. Y como bien decía hace poco el bueno de Arriaga, eso tampoco nos debería hacer romper relaciones, pero si tener en cuenta de quién nos inspiramos, a quién escuchamos y hacemos caso
Nuestro recurso más valioso, además de nuestro tiempo (que es muy escaso), es nuestro cerebro. Sobre todo la “programación” de nuestro cerebro.
Cuando elegimos a ese círculo cercano, cuando elegimos la gente que nos inspira, cuando elegimos algo tan tonto como la gente que seguimos en Tiktok o a la que nos suscribimos a su newsletter… estamos eligiendo a quién le damos acceso a reprogramar nuestro cerebro.
Visto así, no es una decisión baladí, aunque en la práctica sea apenas un click.
No somos conscientes de ello y acabamos haciéndolo a la ligera, permitiendo que nos intoxiquen con ideas y contenidos “sabrosos” pero poco nutritivos. Nos gusta la comida rápida, tanto en la vida como en en las ideas y los contenidos.
Y si bien una hamburguesa de vez en cuando no hace daño y hasta sienta bien, cuando uno solo se alimenta de comida rápida acaba teniendo problemas. Lo mismo pasa con las ideas que dejamos que nutran nuestro “alma”.
¿De quién te fías?
En el fondo el gran reto de nuestro tiempo es tener juicio crítico. Entender de quién nos podemos fiar, qué información puede ser cierta y cuál no. Qué puede ser generado por la IA o qué es algo del mundo real.
Tener una visión amplia y precisa del mundo que nos ayude a tomar las mejores decisiones para nosotros y nuestro entorno, y no dejarnos ir por unos guardarraíles que van poniendo para nosotros guiándonos a sitios que solo les interesan a otros.
La pregunta constante es fácil: ¿de quién te fías?
No tiene por que tener respuesta clara o no todo el rato. Pero el mero hecho de estártelo cuestionando todo el rato, de tenerlo en cuenta, añade un nivel de nutrición a tu dieta.
Corti, 16 de mayo de 2024.
Píldoras de crecimiento
Cuando estás persiguiendo un sueño o haciendo algo complicado, puedes esperar sentirte bien un tercio del tiempo, sentirte OK un tercio del tiempo y hecho una mierda un tercio del tiempo
(En “La regla de los tercios”)
Hilos y otros pensamientos
Uno de los skills más importantes a desarrollar cuando tu compañía escala es aprender a ‘estar tranquilo’. (en LinkedIn)
¿Por qué no somos un diez? (enTwitter)
Mis otras cosas
🛒 Nos juntamos Rubén Bastón, Jordi Ordoñez y yo a hablar del estado del eCommerce en 2024.
🎙️ En el podcast de Product Hackers traemos a Jorge Moreno, fundador de Twenix, que están facturando +7M€ enseñando inglés a empresas.
🚀 En Escalando Agencias organizamos un especial sobre métricas clave en agencias y empresas de servicio.
🤖 En La Tertul-IA (suscríbete a nuestra news) nos preguntamos: ¿estamos de camino a la Inteligencia Artificial General?
🎙️En Mumbler vamos a full con la IA y lanzamos auditranscripciones hechas con IA para facilitarle la vida a nuestros creadores de podcasts.
¡Montamos el megaevento de Growth!
El 25 de junio organizamos el Product Hackers Conference, el mayor evento de Growth de Europa. Traemos a Sean Ellis (creador del concepto de Growth Hacking), Yara Paoli (ex-VP de Growth de Skyscanner), Tomás Pueyo (CPO del unicornio europeo del eCommerce Ankorstore), Carmen Guerrero (CMO de Clikalia), etc.
🚀 Puedes conseguir tu entrada aquí y si usas el descuento SOBRECRECER te ahorrarás 36€ (30€ sobre el precio sin IVA).
Estoy aprendiendo cosas de
🔥 Me está gustando mucho “Mixed Signals: How Incentives Really Work” de Uri Gneezy sobre incentivos.
Mis libros
En “PsychoGrowth I: Hackeando el cerebro de tus compradores” profundizo en cómo podemos usar los sesgos cognitivos y el funcionamiento del cerebro de nuestros usuarios para afectar a su toma de decisión.
En “Futuros Posibles” recopilo los mejores relatos de ciencia ficción que abordan cómo la ciencia y la tecnología van a moldear nuestra sociedad.
De ti me fio, ¿no?
Justo por lo que cuentas aquí el formato podcast u newsletters son mis dos formatos favoritos de consumo de contenido.
Obviamente, hay gran contenido en YT, IG o Tik ToK, pero creo que está mucho más mezclado en el formato podcast y NL el contenido (en media) es de mayor calidad.
Ya que consumimos contenido, por lo menos que alimente nuestro cerebro y forma de pensar.