Cómo ganar vínculos (y dejar de intentar ganar a las personas)

Sobre How to Win Friends and Influence People

Jun 19, 2025

Cuando leí How to Win Friends and Influence People por primera vez, pensé que era un título con trampa.

Demasiado agresivo. Demasiado de ventas. Como si el objetivo fuera convencer al otro, manipularlo un poco, ganar puntos.

Pero no. El libro habla de algo mucho más esencial. De algo que, en el fondo, todos necesitamos: sentirnos valorados, escuchados, tenidos en cuenta.

Y entonces lo vi claro. No se trata de “ganar amigos” o “influir en personas”. Se trata de aprender a relacionarte sin competir.

De dejar de hablar solo para tener razón. De dejar de usar a los demás como espejo para validarte.

Crecer también es aprender a mirar al otro sin ponerte en el centro

Uno de los aprendizajes más simples y poderosos del libro es este: habla menos de ti, y más de lo que al otro le importa.

No para agradar. No para caer bien. Sino porque escuchar con presencia es una forma de respeto.

La mayoría de nosotros no escuchamos para entender. Escuchamos para responder.

O para contar algo parecido que nos pasó. O para devolver el foco hacia nosotros. Y ahí es donde nos perdemos.

El otro no necesita que le ganes. Necesita que le veas.

Cuando dejas de pensar en qué puedes sacar de una conversación, y empiezas a estar ahí, realmente algo cambia.

La gente se abre. La tensión baja. La conexión aparece. Porque todos, en el fondo, queremos lo mismo: sentir que lo que decimos importa.

Que no estamos solos con lo que sentimos. Que alguien nos ve sin querer corregirnos o enseñarnos nada.

Aprender a relacionarte desde la consciencia, no desde la estrategia

Esto no va de técnicas. Va de presencia. De respeto real. De darte cuenta de que el otro también está librando su propia batalla.

No se trata de fingir interés. Se trata de entrenar tu atención.

De escuchar sin interrumpir. De preguntar sin tener prisa por opinar. De elogiar desde lo auténtico. De agradecer sin agenda.

Crecer también es esto

Saber que a veces no hace falta tener la última palabra. Que no necesitas demostrar nada. Que ser amable no te hace débil.

Y que muchas veces, la mejor forma de influir es no intentarlo.

Corti, 19 de junio de 2025

¡Compartir es crecer!

Cómo ganar vínculos (sin perderte a ti en el intento)

1. Haz preguntas reales, no decorativas.

Cuando alguien te cuente algo, pregúntale “¿cómo te sentiste con eso?” o “¿qué fue lo que más te marcó?”. Profundiza. Escucha de verdad.

2. Haz un elogio sincero al día.

No por cortesía, sino por reconocimiento. Que sea concreto: “Me gustó cómo gestionaste aquello”, “Eso que dijiste el otro día me hizo pensar”. Los elogios vagos no se sienten, los específicos transforman.

3. Di el nombre de la persona con intención.

Dale presencia. Nómbrala. Mirándola. Sin apuro. Es una forma de decirle: “te veo”.

4. Cierra el portátil cuando hables con alguien.

O deja el móvil boca abajo. Una microacción que dice mucho más que cualquier discurso sobre “estar presente”.

5. Deja que el otro gane alguna conversación.

No corrijas lo innecesario. No rebatas por deporte. Pregúntate: ¿quiero tener razón o quiero tener relación?

6. Recuerda un detalle de la última vez que hablaste con alguien.

Y tráelo de vuelta. “¿Cómo fue ese viaje que tenías?”

Eso no se enseña en ningún curso, pero construye confianza.

7. Cuando alguien cometa un error, empieza por algo positivo.

Si tienes que dar feedback, hazlo desde el respeto. Que el otro sienta que no estás juzgando, estás acompañando a crecer.

8. Agradece cosas pequeñas en voz alta.

“Gracias por tu tiempo”, “gracias por pensar en esto”. Parece obvio, pero lo olvidamos. Y cuando lo dices, se nota.

9. Practica el silencio incómodo.

Cuando alguien se abre, no llenes el espacio con soluciones. Deja que el otro respire. Quédate ahí. Presente.

10. Y sobre todo: recuerda que todos quieren ser escuchados, pero casi nadie se entrena para escuchar.